viernes, 24 de junio de 2016

Estimulación Precoz.

                           Estimulación Precoz.


La estimulación temprana o atención temprana consiste en proporcionar al bebé y al niño las mejores oportunidades de desarrollo físico, intelectual y social para que sus capacidades y habilidades le permitan ser mejor de lo que hubiera sido sin ese entorno rico en estímulos intelectuales y físicos de calidad. La estimulación temprana incluye un conjunto de actividades que pueden ser aplicadas desde el nacimiento hasta los 6 o 7 años del niño, franja de edad con mayor plasticidad cerebral. No solamente conviene aplicarla a niños sanos sino también a niños con trastornos reales o potenciales en su desarrollo, para así estimular sus capacidades compensadoras.

 

Desarrollo


La verdadera estimulación temprana se realiza al bebé de recién nacido a los 3 meses de vida que es el periodo de tiempo en el que hay mayor plasticidad cerebral, sin embargo éste proceso, se puede realizar en los bebés dentro del útero materno. Siendo los primeros seis años de vida los que caracterizan por un alto grado de plasticidad neuronal1 o plasticidad neural, que permite la adquisición de funciones básicas como el control postural, la marcha o el lenguaje. La consecución progresiva de hitos en este desarrollo va permitiendo la aparición y mejora de nuevas habilidades (por ejemplo, es necesario que el niño aprenda a sujetar la cabeza, controlando la musculatura del cuello, para que pueda dirigir la vista, lo que refuerza la motivación para la marcha o el contacto visual como elemento socializador…).


Este desarrollo surge de la interacción entre los genes y el ambiente. Los primeros son inmodificables, y establecen la base de capacidades propias de cada individuo. Los factores ambientales, sobre los que intervienen los programas de estimulación precoz, modulan e incluso inhiben o estimulan, la expresión de diversas características genéticas.


Dentro de los factores ambientales se incluyen los puramente biológicos (estado de salud, nutrición…) y otros de índole psicológica, social y cultural: sus vínculos afectivos iniciales, el nivel de atención que recibe, el grado de interacción del ambiente con el niño (personas que lo rodean, objetos, luz, sonidos…). Estos factores son fundamentales en la maduración de conductas de adaptación al entorno, de la disposición al aprendizaje, del establecimiento de diferentes estrategias de comunicación o del desarrollo emocional.

Etapas del desarrollo del niño.

  

DESARROLLO PSICOSOCIAL.

Se trata del momento en el que el ser humano comienza con un proceso de adaptación psicológica y una interacción constante con su medio ambiente , para el bebe desde la etapa de la vida intrauterina el cerebro comienza con un proceso de maduración para después del nacimiento ser capaz de desarrollar sus funciones elementales , con la estimulación del cerebro del niño se puede lograr el desarrollo y maduración de sistema nervioso central , y se lleva a cabo una interacción con las personas que lo rodean de manera activa y pasiva, en relación al bebe.

De tal manera que en esta etapa de cambios morfológicos y estructurales, y la interacción con su medio y lo que genéticamente trae consigo, interactúan para lograr el desarrollo de sus funciones motoras, cognitivas y sensitivas, para obtener un aprendizaje y la maduración de su sistema nervioso central.

 DESARROLLO EMOCIONAL


Es el desarrollo de conductas que marcan el temperamento del niño, por medio del cual se establecen patrones de conducta que el niño sigue como modelo de su aprendizaje.

Grace y Baucum (2009) mencionan tres categorías que los describen:

Fáciles: niños de buen humor y predecibles Difíciles: frecuentemente irritables e impredecibles Lentos para responder: malhumorados y poco sensibles a la atención.

La primera relación que tiene el niño en relación a esas conductas es el apego con su madre, por medio de la relación con la madre, es posible que se obtenga una comunicación reciproca afectiva, en donde la madre y el niño obtienen una experiencia satisfactoria y benéfica, es así como el desarrollo del niño se va dando de manera experimental y gradual con ayuda del medio que lo rodea y en el que se desenvuelve.

 DESARROLLO INTELECTUAL O COGNITIVO:


Tiene como objeto estudiar las distintas estructuras del conocimiento en cada etapa del desarrollo personal, especificando como las percibe y las utiliza para relacionarse con otras y adaptarse al medio ambiente. Jean Piaget plantea que tales estructuras no son fijas sino que se van enriqueciendo y haciendo cada vez más complejas en distintas etapas de nuestra vida, desde la infancia hasta la edad adulta.

A cada etapa de nuestro desarrollo, según la edad, corresponden ciertas estructuras cognoscitivas: 

• Periodo sensoriomotor (1 a 2 años de edad): se percibe el mundo con base en sensaciones y sus movimientos.

 • Periodo preoperacional (2 a 7 años de edad): puede realizar operaciones de raciocinio elemental.

 • Periodo de operaciones concretas (7 a 11 años de edad): puede fijar ideas sobre una experiencia. 

• Periodo de operaciones formales (11 años en adelante): realiza operaciones formales y tiene entonces capacidad de generalización y abstracción.

 DESARROLLO SOCIAL :

 El desarrollo social del niño también se encuentra influenciado por su entorno en el cual se desenvuelve, y de las personas que se encuentran a su alrededor o se encuentran a cargo de él, el niño al relacionarse con los adultos, es capaz de aprender de ellos y así poder desarrollarse fuera del hogar, y dentro de él, los padres o cuidadores tienen un comportamiento propio reflejaran en el cuidado que se le brinde a los niños. Los valores de la familia, el afecto y las reglas de la sociedad le permitirán al niño, poco a poco, dominar su propia conducta, expresar sus sentimientos y ser una persona independiente y autónoma. Para estimular esta área se realizarán actividades que permitan satisfacer su iniciativa, curiosidad y su necesidad de obtener un mayor grado de autonomía en lo que se refiere a los hábitos de independencia personal (alimentación, vestido, aseo, etc.)

Consejos para los padres al aplicar la estimulación temprana.

 1. Respetar el tiempo de respuesta de tu hijo. Elige un momento tranquilo para jugar con él. Evita jugar con tu hijo cuando notes que él está cansado y sobrecargarlo de tareas y de estímulos.

 2. Elige objetos agradables al tacto, al oído, al paladar, y que sean, claro, seguros. 

3. Los juegos deben ir acompañados por canciones, palabras y sonrisas. De cariño y dulzura, también. 

4. El juego tiene que ser algo placentero, para los dos. 

5. Aprovecha el momento del baño para dar un masaje a tu hijo.

 6. Usa la música mientras llevas a tu hijo en el coche o en casa.

 7. Enseña libros a tu hijo. Si es un bebé, hay libros de tela, de plástico, con olores y distintas texturas. 

8. Cuenta cuentos a tu hijo antes de dormir. 

9. Establece rutinas para comer, dormir y jugar así aprenderá como se organiza la gente y lo que se espera de él.

 

 

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